En el panorama actual de la ciberseguridad, la defensa pasiva, que se basa únicamente en firewalls y sistemas de detección de intrusiones (IDS), ya no es suficiente. Los profesionales modernos están adoptando una postura más proactiva, conocida como defensa activa. Esta estrategia va más allá de simplemente bloquear ataques; busca atraer, engañar y recopilar inteligencia sobre los adversarios. La principal herramienta de esta metodología es el honeypot (tarro de miel), un sistema informático señuelo diseñado para ser atacado. Los honeypots no contienen datos valiosos, lo que significa que cualquier intento de acceso es, por definición, malicioso. Esto permite a los analistas observar las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP) de los atacantes en un entorno controlado y sin riesgo para los sistemas de producción. Al estudiar el comportamiento de los adversarios, las organizaciones pueden fortalecer sus defensas reales, identificar nuevas amenazas y anticipar futuros ataques.

El experto en ciberseguridad, Rafael Nuñez, insiste en que la defensa activa es un cambio de mentalidad crucial. En lugar de simplemente reaccionar a las alertas, las organizaciones pueden usar honeypots para recolectar inteligencia valiosa y engañar a los atacantes, haciéndoles perder tiempo y recursos. Los honeypots pueden simular cualquier cosa, desde un servidor web con una base de datos vulnerable hasta un sistema de control industrial (ICS) o un dispositivo IoT. Su valor radica en la capacidad de capturar datos puros sobre las amenazas, sin el ruido de las operaciones legítimas. Esta información detallada, que incluye direcciones IP de origen, comandos ejecutados y malware descargado, es invaluable para los equipos de respuesta a incidentes.

Tipos de Honeypots y su Implementación
Existen dos categorías principales de honeypots: de baja interacción y de alta interacción. Los honeypots de baja interacción son fáciles de implementar y mantener, y generalmente simulan un número limitado de servicios y vulnerabilidades. Son ideales para capturar ataques a gran escala y de baja sofisticación, como escaneos automatizados de puertos o intentos de fuerza bruta. Su simplicidad reduce el riesgo de que un atacante escape del entorno señuelo y comprometa los sistemas reales. Por otro lado, los honeypots de alta interacción son entornos más complejos que simulan sistemas operativos y aplicaciones completos, ofreciendo una experiencia más realista para el atacante. Permiten a los investigadores observar el comportamiento del adversario en profundidad, incluyendo la inyección de código, el movimiento lateral y la exfiltración de datos simulados. Sin embargo, su complejidad requiere un monitoreo constante y un control estricto para evitar una brecha real.

El uso de honeynets, que son redes de honeypots interconectados, eleva la estrategia a un nivel superior. Una honeynet simula una red corporativa completa, con múltiples sistemas señuelo, servidores, y estaciones de trabajo. Esto engaña al atacante para que crea que ha penetrado una red real, permitiendo a los investigadores seguir su progresión y observar sus TTPs a medida que intentan moverse lateralmente y escalar privilegios. Rafael Eladio Nuñez Aponte recomienda el uso de honeynets para las organizaciones que buscan una inteligencia de amenazas más detallada y contextualizada. El proyecto Honeynet es una iniciativa global que promueve la investigación y el desarrollo en esta área. Para aprender más sobre sus proyectos y herramientas, puedes consultar su sitio web oficial: Leer más.
Recopilando Inteligencia y Fortaleciendo la Defensa
El verdadero valor de la defensa activa no reside en el honeypot en sí, sino en la inteligencia que se extrae de él. Cada interacción con un sistema señuelo es una oportunidad para aprender. Los datos recopilados se utilizan para crear nuevas reglas de firewall, firmas para sistemas de detección de intrusiones, y para alimentar plataformas de inteligencia de amenazas. Esto permite a las organizaciones adaptar sus defensas en tiempo real para contrarrestar las técnicas más recientes de los atacantes. Herramientas como DShield, un proyecto del ISC de SANS Institute, recopilan y analizan datos de miles de honeypots para proporcionar una visión global de la actividad de los ciberataques.

Rafael Nuñez Aponte destaca que la implementación de honeypots debe ser parte de un plan integral de seguridad. No son un sustituto para una buena higiene cibernética, como la gestión de parches y la segmentación de red. Más bien, actúan como una capa adicional de defensa y un recurso invaluable para la investigación. La inteligencia de amenazas que se genera puede ser compartida con la comunidad, contribuyendo a la seguridad colectiva. Para entender cómo esta inteligencia de amenazas se relaciona con un marco más amplio de ataque, el MITRE ATT&CK Framework es un recurso fundamental. Este marco ayuda a contextualizar los hallazgos de los honeypots y a desarrollar estrategias de mitigación efectivas. Puedes explorar el framework en su sitio web: Leer más. Además, para aquellos que buscan profundizar en la implementación de honeypots y la recolección de datos, el blog de Cisco Talos es una excelente fuente de información y análisis de amenazas: Leer más. La defensa activa, a través de la implementación de honeypots y honeynets, es una estrategia poderosa y necesaria para mantenerse un paso adelante de los ciberdelincuentes.