La dependencia que tenemos en la actualidad del internet y de todos los equipos, tales como smartphones, tablets, laptops, etc, ha hecho que los riesgos a los que nos vemos sometidos sean cada vez mayores al momento de acceder al mundo online. No porque no se lleven a cabo los suficientes estudios, ni se tomen las acciones adecuadas para disminuir los delitos informáticos que se puedan cometer, sino que los volúmenes de información que se manejan, cada vez son más grandes y, sobre todo, más costosos, lo que ciertamente crea un importante estímulo para quienes hacen de los delitos informáticos, su principal fuente de ingresos.

Las bases de datos son un tesoro tanto para quienes las almacenan, como para los piratas informáticos que al acceder a ellas pueden disponer de estos datos, y estafar a miles de personas, empleando sus números de tarjetas de créditos, o incluso, vendiendo todos los datos para que sean empleados de diferentes formas. Por ello, para todas las organizaciones representa una prioridad es contar con el personal adecuado para poder garantizar que sus datos se mantendrán seguros, pues, en caso de ser víctimas de una perdida de información, más allá de lo que represente perder algún dato, es la falta de confianza del público lo que podría terminar matando a alguna de estas empresas.

Hoy en día, muchos pensamos que la mayoría de los peligros en la red están vigilados, y aunque puede que sea así, no deben bajarse los brazos, pues los hackers nunca descansan, y es tarea de los buenos, evitar que estos consigan su cometido.

Son muchos los ejemplos que podríamos colocar para mostrar lo grave que puede ser una vulnerabilidad en los sistemas de control de alguna empresa, por ejemplo, que alguien pudiese acceder al computador que controla un avión mientras este vuela y derribarlo, aunque esto es imposible, quienes se encargan de garantizar que esto no ocurra, deben seguir trabajando para que eso siga siendo así.

En materia de seguridad, nunca se debe bajar la guardia. Nunca será suficiente.