Los hogares inteligentes son una tendencia que ha llegado para quedarse. Cada vez son más las personas que compran artefactos eléctricos que tienen capacidad para conectarse a Internet, pudiendo controlarlos desde nuestro Smartphone, con los beneficios que esto aporta en cuanto a ahorro energético y a practicidad.

 Para las empresas representa todo un reto poder acceder a nuestras casas de la forma en la que lo quieren hacer a través de sus dispositivos, ya que con esto obtendrían una data de primera mano que les permitiría conocer los consumos detallados de cada uno de nosotros, convirtiendo esa estadística en comercializable para quienes sean los que quieran ofrecer esos productos y servicios.

¿Nos hace vulnerables estas conectados en el hogar?

Depende de la perspectiva con la que se mire. Si bien las empresas encargadas de gestionar nuestros servicios deben mantener nuestra información protegida, también lo es el hecho de que la mayoría de la información que compartimos en la web nos mantiene visibles a todo el mundo, siendo fácilmente localizable.

Los avances tecnológicos no significan en sí mismo algún problema, por el contrario, muchos de ellos nos permiten mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, es importante señalar que el hacer un uso incorrecto de nuestro acceso a la web puede traer consecuencias, por lo tanto, es necesario apuntar a la educación en esta materia, sobre todo para las poblaciones más vulnerables.

Depender de la tecnología para mejorar nuestra calidad de vida no está mal, más bien ese es el camino al que van a apuntar los mercados. Lo que no se puede negar es lo rastreables que somos en cuanto a nuestros hábitos y a información que compartamos en la web.

Nuevamente aparece la posibilidad y la necesidad de fomentar acuerdos educativos que nos garanticen como ciudadanos aprender las normas básicas para hacer un uso correcto de Internet.