El teletrabajo aumenta el riesgo de ciberataques

La implementación del teletrabajo permitirá a las empresas sobrellevar la reducción de su personal, como medida de protección ante la expansión del Coronavirus o COVID-19 en las últimas semanas, para no perder productividad.

 

“Hay estudios de Estados Unidos y Europa que demuestran que el teletrabajo mantiene la productividad y en algunos casos la incrementa. En esta coyuntura, el teletrabajo sería una gran alternativa para que las empresas no pierdan productividad”, sostuvo el docente de Pacífico Business School César Antúnez de Mayolo.

 

Debido a la propagación del COVID-19, se ha implementado en muchas empresas el home officeteleworking o teletrabajo, una opción para que las personas puedan evitar el contacto social y permanezcan en sus hogares, sin detener sus actividades laborales.

 

De acuerdo con las definiciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el teletrabajo es “el trabajo a distancia (incluido el trabajo a domicilio), efectuado con auxilio de medios de telecomunicación y/o de una computadora”.

 

Según la OIT, su aplicación representa una mayor autonomía sobre el horario de trabajo, lo cual permite organizar la jornada laboral con más flexibilidad. Además, en tiempos de Coronavirus, la alternativa puede favorecer a personas, empresas e instituciones.

 

El teletrabajo se perfila como una opción muy provechosa en aras de limitar los movimientos y, por consiguiente, disminuir la transmisión del virus. Varios son los países cuyos ministerios de Trabajo y de Seguridad Social han asegurado que las medidas que contemplan esta opción cumplen con la legislación laboral y no supone la reducción de los derechos profesionales como salario, jornada, entre otros.

 

 

En España, por ejemplo, el Gobierno ha anunciado medidas inminentes para contener la propagación del Coronavirus COVID-19 y evitar el colapso sanitario que pasan por fomentar el teletrabajo en las empresas. En esa nación apenas un 4,3% de los trabajadores se conecta a distancia para desempeñar su trabajo, según las estadísticas de Eurostat, unos porcentajes mínimos y ligeramente más bajos que los países europeos.

 

La oficina de estadísticas europea da porcentajes más altos a Países Bajos (14%), Finlandia (13,3%) y Luxemburgo (11%), países que están a mucha distancia de Chipre (1,2%) y, sobre todo, Rumanía y Bulgaria, donde el teletrabajo es apenas inexistente (0,4% y 0,2%, respectivamente).

 

Un estudio de Adecco, publicado recientemente y posterior a estas cifras de Eurostat, atribuye al teletrabajo un porcentaje del 7,9% del total de ocupados el cuarto trimestre de 2019, lo que supone un nuevo máximo histórico y un aumento interanual de cuatro décimas respecto al año anterior. La proporción de personas que trabajaron desde su hogar creció en el último trimestre del pasado año en una docena de autonomías, señala el estudio. Se mantuvo en tres regiones y se redujo ligeramente en otras dos.

 

Los incrementos más marcados se registraron en Baleares (+2,5%) y Cataluña (+2,1%), que alcanzaron el 9,1% y el 9,3% de teletrabajadores, respectivamente. No obstante, las regiones que registraron un mayor número de teletrabajadores en este periodo fueron Galicia, con un 10,3% y un aumento interanual del 1,3%, y Extremadura, que aglutinó un 10,2% del total de ocupados, lo que supuso un incremento interanual del 1,1%.

 

El teletrabajo solo retrocedió en Madrid, con un 0,3% menos que en el último trimestre de 2018, alcanzando el 8% del volumen total de trabajadores, y en Asturias, con una rebaja interanual del 0,1%, englobando el 6,8% de ocupados.

 

Asturias comparte con el País Vasco la antepenúltima posición del ranking de Adecco, con un 6,8%, y con un incremento interanual de dos décimas. Por debajo solo se encuentra Canarias, con un 6%, mismo porcentaje que en el último trimestre de 2018.

 

Más teletrabajadores, más ataques

 

 

Se espera que durante las próximas semanas el número de teletrabajadores aumente de forma sensible. Muchas empresas están aprovechando las posibilidades que da el teletrabajo para poder continuar su actividad. Sin embargo, de acuerdo al integrador global de soluciones IT, fibratel, la oleada de teletrabajo generada a causa del COVID-19 y el confinamiento la población durante semanas es una puerta de entrada a nuevos vectores de ataque para las empresas.

 

Según afirman los expertos, España alcanzaba tan solo en 2019 un máximo histórico de teletrabajadores del 7,9% del total de la población activa, lo que supone en torno a 1,5 millones de personas. Tras el real decreto anunciado el pasado sábado para evitar la propagación del COVID-19 son muchas las empresas que han tomado medidas para que su plantilla continúe con la actividad laboral desde casa; aumentando exponencialmente esta cifra.

 

En esta línea, desde la unidad de ciberseguridad de Fibratel, /fsafe, especializada en los aspectos relativos a la seguridad y a la respuesta ante amenazas de las infraestructuras tecnológicas de empresas y entidades, se asegura que buena parte de las empresas españolas no cuentan con la infraestructura adecuada para responder con todas las garantías a este inesperado auge del trabajo en remoto.

 

Como explica Juan Francisco Moreda, Head of Cybersecurity Unit de /fsafe, “estamos viviendo una situación excepcional en la que las empresas se ven obligadas a mandar a sus trabajadores a casa y deben habilitar sus sistemas remotos en tiempo récord. Es, sin duda, todo un riesgo y una puerta de entrada para muchos nuevos ataques, por eso trabajamos con rapidez y agilidad para lograr que nuestros clientes estén lo menos expuestos posible”.

 

 

Las cifras de los especialistas en seguridad indican que, en 2019 con condiciones normales, un 60% de las compañías de la lista Fortune 500 ya habían sido víctimas de ataques a través de la nube. Además, tres de cada cuatro empresas sufrieron un ataque en el primer semestre del pasado año y el CCN afirma haber detectado 36 ciberataques críticos a sistemas informáticos durante el mismo.

 

Esto quiere decir que se hace necesario un análisis mucho más exhaustivo para evitar la situación ocurrida en Asia, donde los atacantes a través de phishing simulaban correos con información sobre medidas preventivas contra el Coronavirus en archivos maliciosos adjuntos. A este tipo de ataques se suma el de aplicaciones donde hacer un aparente seguimiento de infectados por el Coronavirus, pero que resultan ser falsos mapas de rastreo y malwares prepararos para robar información.

 

El cambio de las personas a sus casas para trabajar y estudiar debido a la epidemia del Coronavirus, llevando sus computadores portátiles y datos de sus empresas con ellos, invita a los piratas informáticos a buscar sacar ventaja e infiltrar a las corporaciones, advirtieron expertos en ciberseguridad.

 

Autoridades de los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y otros países han lanzado advertencias sobre los peligros de una nueva fuerza laboral remota, mientras que las compañías tecnológicas ven un aumento de las solicitudes para proteger a los empleados que trabajan desde fuera de las oficinas.

 

En Cisco Systems, por ejemplo, la cantidad de pedidos de apoyo en seguridad para ayudar a trabajadores remotos aumentó 10 veces en las últimas semanas. “La gente que nunca antes ha trabajado desde casa está intentando hacerlo e intentan hacerlo a gran escala”, dijo Wendy Nather, asesora de Duo Security de Cisco, quien ha pasado la última década trabajando desde casa en varios empleos.

 

La asesora explicó que la repentina transición significará un mayor espacio para errores, más peso sobre el personal de tecnología de la información y más oportunidades para que los ciberdelincuentes intenten engañar a los empleados para que revelen sus contraseñas.

 

Riesgo al aumento de los virus informáticos

 

 

Ante esta coyuntura, hay que evitar a toda costa otro peligro que acecha: los virus informáticos. La actual crisis sanitaria ha empujado al teletrabajo y la improvisación en el acceso remoto incrementa el riesgo de sufrir un ataque de piratas de la red. El incremento del teletrabajo por el Coronavirus ha traído un aumento también del riesgo de jaqueo. Las pequeñas y medianas empresas son las más vunerables.

 

El perjuicio no es solo económico. Hay otros riesgos derivados simplemente del incremento generalizado y obligado de la comunicación. Pese a estos días de confinamiento también es clave denunciar. Ponerse en manos de profesionales puede facilitar las cosas. Se trata de evitar a toda costa que estas circunstancias sin precedentes que estamos viviendo generen ámbitos de impunidad.

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