Los hackers cortan la red eléctrica, paralizan las centrales transformadoras y dejan a un país sin luz. ¿Un cuento de ciencia ficción? No en Ucrania, donde ocurrió en cientos de miles de hogares en diciembre de 2015 y de nuevo en 2016.
Tampoco es un escenario imposible en un país como Alemania, asegura Florian Haacke, director de seguridad en la mayor empresa eléctrica del país, Innogy, con sede en la ciudad de Essen.
«Los ciberataques muestran que hay atacantes que tienen interés en hacer algo así… y pueden hacerlo. No podemos pensar que es imposible en un país como Alemania», sostuvo.
La Oficina Federal de Seguridad de la Información (BSI) alemana alertó de hecho esta semana de una nueva ola de ataques contra las empresas distribuidoras de electricidad.
Los criminales llegaron a entrar en las redes de las oficinas de algunas de estas compañías. Aunque no pudieron acceder a áreas clave del abastecimiento eléctrico, es «sólo una cuestión de tiempo» que consigan hacerlo, alertó el responsable de la BSI, Arne Schönbohm.