De acuerdo a los especialistas en ciberseguridad, 2021 todavía estará marcado por la crisis sanitaria surgida con motivo del Covid-19 a lo largo de 2020. Al menos el primer semestre se encontrará signado por las amenazas y los temores ante la enfermedad y hacia allí seguirán enfocando sus ataques quienes sacan provecho de las vulnerabilidades.

En tal sentido, se espera que los ciberdelincuentes insistan y enfoquen sus esfuerzos en aquellos aspectos relacionados con programas, campañas, instituciones y personas interesadas en los avances de las investigaciones y la evolución del coronavirus.

De igual manera, la adopción forzosa del teletrabajo por parte de muchas empresas para no detener sus actividades y su asimilación, en algunos casos abrupta, de esta modalidad por parte de muchos trabajadores seguirá siendo una vulnerabilidad que, si bien ha superado las etapas iniciales y la novedad, no será abandonada como un terreno fértil para que los piratas informáticos busquen fallas y descuidos de seguridad donde atacar.

Según datos del informe Impacto Económico de la Covid-19 sobre la empresa de CGE y COGITI, el 41,5% de las empresas cree que en el futuro seguirán utilizando el teletrabajo, por cuya razón se deben optimizar las VPNs o, de lo contrario, en 2021 los ataques a estos sistemas aumentarán, así como a otros servicios que permitan el acceso remoto.

El estudio mencionado prevé que el 60% de las empresas sustituirán progresivamente las VPN. Concuerdan las empresas especializadas en ciberseguridad que en 2020 aumentaron de manera considerable los ataques informáticos y que en 2021 nada hace pensar que será revertida esta tendencia. La mayoría de las firmas dedicadas a la ciberseguridad coinciden también en que el ransomware seguirá siendo la herramienta de piratería más usada el año que viene.

Para 2021, con la pandemia aún en el ambiente, las estafas de tipo phishing seguramente no mermarán y los piratas insistirán con la estrategia de hacerse pasar por organismo oficiales para, supuestamente, informar sobre los adelantos científicos para combatir el coronavirus o divulgar campañas humanitarias con el fin de apoderarse de los datos de los incautos o infectar con archivos maliciosos los sistemas de sus víctimas.

Es posible que, ante la aparición de las vacunas y la demora en su distribución, comiencen a aparecer correos con ofertas para obtenerlas, páginas de empresas falsas para adquirirlas y todo tipo de artimañas informáticas para atraer a personas e instituciones para ser estafadas. En realidad, es de presumir que el comercio de vacunas ponga en manos de los ciberdelincuentes una alternativa para cometer nuevos delitos a través de internet y las redes el año que viene.

Desde ya, además, se avizoran más avances en inteligencia artificial para el año que viene y las empresas tratarán de adaptar sus tecnología a esta nueva herramienta. Debido a esto, se prevé que el papel que juega la inteligencia artificial en el mercado de la ciberseguridad pase de 8.800 millones de dólares en 2019 a 38.200 millones de dólares en 2026.

El robo de datos corporativos para su venta en la deep web y dark web seguirá siendo uno de los principales objetivos de los ciberdelincuentes y con la implantación de la red 5G a nivel global, no es de extrañar que en 2021 los ataques aumenten.

El aumento de dispositivos conectados en nuestro entorno, además, hará cada vez más necesario proteger adecuadamente los sistemas de los ciberataques mediante herramientas que eviten la modificación de los firmwares por parte de intrusos o la intercepción de la red que los controla. Este panorama también permite presumir un incremento de ataques a equipos interconectados.

Como se observará, en 2021 la ciberseguridad deberá ser uno de los temas prioritarios para todas las empresas, las cuales tendrán que establecer barreras efectivas contra estos peligros y determinar sus puntos más vulnerables.