Malware: una amenaza siempre latente para dañar tus equipos

El malware es un tipo de amenaza que viene en varias presentaciones, desde los virus informáticos hasta el famoso ransomware. La palabra malware viene del inglés y es una palabra compuesta por los términos malicious y software o software malicioso. Por lo tanto, se trata de un tipo de software o aplicación que tiene como objetivo dañar los dispositivos en los cuales ha logrado alojarse, ya sea un ordenador, un teléfono móvil o cualquier otro equipo.

 

Muchos son los tipos de malwares, desde virus informáticos hasta troyanos, gusanos, spywares, adwares y ransomwares. Aunque cada uno de ellos actúa de forma diferente, tienen en común el objetivo de dañar el equipo o a su usuario, y el de instalarse en el ordenador o dispositivo electrónico sin que tú quieras que esté ahí o sin que te des cuenta.

 

Tipos de malware

 

 

– Virus informático: Un un tipo de malware cuyo objetivo es alterar el correcto funcionamiento de un dispositivo. Un virus necesita ser ejecutado por el usuario pensando que es una aplicación legítima y, una vez que lo hace, puede replicarse e infectar el equipo. Hay diferentes tipos, desde simples bromas hechas para molestar hasta otros que pueden dañar seriamente y tu ordenador borrando o modificando archivos que repercuten directamente en su funcionamiento.

 

– Gusano: Este malware no necesita de la intervención del usuario ni modificar ningún archivo existente, y también puede replicarse a sí mismo y enviar copias a otros equipos conectados a ese en el que están o que estén en su lista de contactos. Se suelen utilizar para crear botnets, redes de ordenadores zombies que pueden actuar de forma simultánea cuando un operador le da la orden para enviar SPAM de forma masiva, difundir malware o lanzar diferentes tipos de ataques informáticos ataques DDoS o de denegación de servicio.

 

– Troyano: Es un malware que va dentro de un programa legítimo o disfrazado de él para introducirse en tu equipo como si usara un «Caballo de Troya», de ahí su nombre. Mientras que un virus suele ser destructivo, un troyano trata de pasar desadvertido mientras accede a tu dispositivo con la intención de ejecutar acciones ocultas con las que abrir una puerta trasera para que otros programas maliciosos puedan acceder a él o robar información. Estos no se propagan a sí mismos.

 

– Spyware: Un malware que también se instala en tu equipo por sí solo o mediante la interacción de una segunda aplicación que lo lanza sin que te des cuenta; suele trabajar a escondidas intentando no ser detectado para recolectar información sobre el usuario u organización dueña de un ordenador de forma no autorizada.

 

– Adware: Una aplicación en la frontera del malware, porque no siempre es dañino para el ordenador. Su única misión es la de meterse en tu ordenador y empezar a mostrarte publicidad, ya sea mientras estás navegando por internet, a forma de popup en momentos aleatorios o durante la ejecución de un programa.

 

Ransomware: Un malware que secuestra los datos de tu ordenador bloqueándolos, solo a ellos o todo el equipo, y pidiéndote un rescate económico a cambio de recuperarlos. Este tipo de programas puede acceder a tu ordenador a lomos de un gusano informático u otro tipo de malware; es importante nunca pagar el rescate para no fomentar su uso y porque no tienes garantías de liberar los datos de tu ordenador.

 

Cómo detectar un malware

 

 

Unos son más fáciles de detectar que otros. El ransomware y el adware dan a conocer su presencia de inmediato, ya sea cifrando sus archivos o transmitiéndole anuncios sin cesar. Otras, como los troyanos y el spyware, hacen todo lo posible por ocultarse el máximo tiempo posible, lo que significa que pueden estar en su sistema muchísimo tiempo antes de que te des cuenta.

 

El único modo seguro de detectarlos antes de que infecten su equipo es instalando un software antimalware, que incluye herramientas de detección y análisis que permiten atrapar el malware que ya está presente en su dispositivo, además de bloquear el que intenta infectarlo.

 

Cómo prevenir un malware

 

 

Prevenir siempre es la mejor cura. Algunas medidas y el sentido común pueden minimizar los riesgos.

 

No confíe en extraños en internet: La ingeniería social, que puede incluir correos electrónicos extraños, alertas repentinas, perfiles falsos y ofertas tentadoras, es el principal método de difusión del malware.

 

Comprueba las descargas: Tanto en sitios de piratería como en el escaparate de tiendas oficiales, el malware suele estar acechando detrás de la esquina.

 

Obtén un bloqueador de anuncios: El malvertising, el uso por parte de hackers de banners o anuncios emergentes para infectar su dispositivo están en alza.

 

– Precaución con lo que visitas. El malware puede encontrarse en cualquier parte, pero es más frecuente en sitios web con poca seguridad en el servidor, como los sitios web pequeños y locales.

 

– Tener el sistema operativo de tu dispositivo siempre actualizado: Ya que tanto en ordenadores como en móviles se hacen actualizaciones periódicas de seguridad en las que se implementan remedios para malware conocido.

 

– No instales nunca aplicaciones que no conoces: No importa las buenas promesas que te hagan sus creadores, si estás tentado de hacerlo porque este programa hace algo que necesitas, infórmate primero buscando su nombre por internet.

 

– Ten algún tipo de antivirus: Sobre todo en sistemas operativos que no tengan un método centralizado para descargar aplicaciones.

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